El gateo es una etapa que tiene múltiples beneficios en el desarrollo infantil, ya que los pequeños comienzan a explorar el mundo que los rodea y a desarrollar habilidades físicas y cognitivas fundamentales para su crecimiento.
El gateo comienza generalmente entre los 8 y los 10 meses de edad. Durante esta fase, los bebés comienzan a desplazarse de un lugar a otro sobre sus manos y rodillas, utilizando el movimiento alternado y coordinado de sus brazos y piernas.
La importancia del gateo.
El gateo es un importante hito motor que ayuda a mejorar el neurodesarrollo del bebé en múltiples áreas y a adquirir mayor eficacia y rapidez en la ejecución de diferentes habilidades como:
Ayuda al bebé a adquirir fuerza en sus extremidades, tonifica la musculatura del cuello y la espalda, Preparando al niño mantener la columna recta cuando se ponga de pie.
Implica la coordinación de los movimientos de brazos y piernas, lo que estimula e integra las funciones táctiles de manos y pies, promoviendo la discriminación sensorial y táctil, lo que le permitirá identificar y distinguir entre diferentes texturas y objetos con las manos y los pies, fundamental para el desarrollo de habilidades motores finas, esenciales para el desarrollo de la coordinación ojo-mano y la escritura.
El gateo es una actividad que favorece en gran medida el desarrollo visual de los bebés, tanto para la visión próxima como para la lejana. Al gatear, los bebés reciben estimulación visual y se animan a moverse y explorar su entorno, lo que facilita la percepción de la profundidad y la distancia, favoreciendo, además, la percepción espacial.
Favorece la coordinación del patrón cruzado, ya que los bebés tienen que mover su pierna y brazo opuestos en una secuencia coordinada para avanzar, siendo el primer momento donde sus dos hemisferios cerebrales trabajan conjuntamente, ya que hasta entonces o trabajaba un lado u otro. A medida que los bebés gatean, practican y mejoran su capacidad para coordinar estos movimientos, están trabajando y preparando su sistema cerebral para la lateralidad futura.
Durante el gateo, los bebés están en constante movimiento y expuestos a diferentes estímulos sensoriales, lo que permite al cerebro registrar todo tipo de información en relación al espacio y entorno, incluyendo información vestibular, de percepción corporal y espacial.
¿Y si mi bebé no gatea?
Cada bebé tiene su propio ritmo de desarrollo motor. Algunos bebés pueden comenzar a gatear a los 7 meses, mientras que otros pueden tardar más tiempo o incluso saltarse esta etapa y comenzar a caminar directamente, ya que el gateo no es condicionante para la puesta en pie.
En los casos donde el niño no gatea, nos gusta fomentar el iniciar aunque sea de forma tardía el trabajar en cuadrupedia gateando o bien con patrones de escalada, donde reforzar los patrones mencionados anteriormente y evitar problemas futuros de lateralidad, espacialidad y percepción corporal motora y sensorial.
Es importante observar el desarrollo de cada niño y nunca tratar de adelantar etapas forzando posturas, al igual que es fundamental los padres conozcan las distintas etapas motrices del bebé para ayudar a estimularlas a su debido tiempo.
En “Alba Bar. Centro de Fisioterapia & Osteopatía” somos especialistas en fisioterapia pediátrica y del desarrollo, podremos ayudarte y asesorarte sobre como estimular a tu hijo para seguir consiguiendo nuevos hitos y aprendiendo a disfrutar de cada etapa como se merece.