La propiocepción nos permite percibir la ubicación, el movimiento y la acción de las distintas partes de nuestro cuerpo sin necesidad de mirarlas. Nos da una percepción interna de nuestra postura y movimiento y nos informa en qué situación se encuentra nuestro cuerpo en todo momento, dándonos la capacidad de responder a estímulos externos sin correr el riesgo de lesionarnos. Es un sentido esencial para nuestra vida diaria y desempeña un papel fundamental en el ámbito deportivo. En niños, la propiocepción es necesaria para un adecuado desarrollo de la motricidad.
La gran importancia de la propiocepción.
La propiocepción influye en nuestras vidas en cada momento del día, ya que podríamos afirmar que es la consciencia de nuestro propio cuerpo. Sin duda, es un sentido que debemos cuidar y potenciar a lo largo de nuestras vidas. Al comprender su importancia y trabajar en su mejora, podemos no solo prevenir lesiones sino también mejorar nuestra calidad de vida.
Saber cómo va a reaccionar nuestro cuerpo ante estímulos externos nos ayuda a evitar lesiones o caídas. Tanto las lesiones articulares como el proceso de envejecimiento pueden afectar negativamente la propiocepción. Pueden provocar la atrofia de los propioceptores, afectando la coordinación y el control de movimientos. Por ello es vital realizar ejercicios propioceptivos bajo la supervisión de un fisioterapeuta después de una lesión, o a partir de una cierta edad, para evitar complicaciones.
Trabajando la capacidad propioceptiva.
La Fisioterapia trabaja la mejora de la capacidad propioceptiva mediante ejercicios específicos de equilibrio, coordinación y cambios de superficies. Estos ejercicios reeducan las estructuras, favoreciendo respuestas automáticas y reflejas, lo que resulta fundamental para recuperar la funcionalidad y prevenir nuevas lesiones.
En el deporte, la Fisioterapia Deportiva desempeña un papel crucial en el ámbito de la propiocepción, no solo para mejorar el rendimiento sino también para prevenir lesiones. La capacidad propioceptiva puede ser entrenada a través de ejercicios específicos, tanto como método de recuperación después de una lesión como preventivo para minimizar riesgos.
Existen herramientas efectivas para trabajar la propiocepción, como el fitball, bosu y almohadillas de equilibrio. Sin embargo, es esencial que estos ejercicios sean siempre recomendados, dirigidos y supervisados por fisioterapeutas profesionales para garantizar su eficacia y seguridad.
Debemos tener claro que desarrollar la propiocepción no solo es beneficioso para deportistas, sino para cualquier persona que busque mejorar su bienestar físico. Al comprender la importancia de la propiocepción y dedicar tiempo a su entrenamiento, no sólo promovemos la prevención de lesiones sino que también contribuimos a una vida más saludable y activa.
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