Incluso antes de que los niños comiencen a dar sus primeros pasos, padres y madres ya suelen preguntarse: ¿A qué edad tienen que empezar a usar calzado los niños? ¿Sirve cualquier tipo de zapato? ¿Los bebés pueden usar calzado?
Debemos tener claro que la infancia es un período fundamental en el desarrollo del pie y de todos sus músculos y estructuras. Y es que durante esta etapa se establecen los cimientos para el crecimiento saludable de los pies, influyendo en aspectos tan importantes como la fuerza muscular, la movilidad y el equilibrio. Por lo tanto, es conveniente prestar especial atención a las prácticas y decisiones relacionadas con el calzado durante estos primeros años.
Recomendaciones generales.
Durante los primeros meses de vida los niños no necesitan ningún tipo de calzado. De hecho, se recomienda que pasen la mayor cantidad de tiempo posible descalzos o simplemente con calcetines. Esta práctica les permitirá tomar conciencia de sus pies y recibir los estímulos necesarios para su buen desarrollo.
Incluso cuando comienzan a caminar, no es recomendable que lo hagan con zapatos. Aprender a caminar descalzos contribuye al desarrollo muscular, propioceptivo, de equilibrio y sensorial adecuado. No debe ser hasta que lleven al menos de 5 a 6 meses caminando, solos y sin ayuda, cuando es conveniente que se introduzca el uso de calzado. Mientras tanto se aconseja únicamente el uso de calcetines antideslizantes o calcetines con refuerzos en la puntera y talón, como las típicas attipas o semejantes.
¿Qué tipo de calzado es apropiado?
Cuando llega el momento de introducir el calzado, a partir de los 6 meses, este tiene que ser lo mas semejante a ir descalzo. Por este motivo debe ser flexible por la puntera para permitir el empuje de los dedos al suelo al caminar y de puntera ancha, para que los dedos tengan movimiento libre y evitar que se monten unos sobre otros. Nunca debe contar con contrafuertes que generen estabilidad en el talón, pues es el propio pie el que tiene que conseguir su propia estabilidad y equilibrio.
También es importante que la suela sea de 3 a 4 milímetros de grosor como máximo (al menos hasta los 4 años de edad), igual de ancha por delante que por detrás y sin drop ni tacones. Y es que los elementos que causan una diferencia de altura entre el talón y la parte delantera del pie pueden alterar la pisada de los niños y acortar su musculatura. Esto es debido a que los huesos todavía se están formando y necesitan de impactos.
Beneficios de que los niños caminen descalzos.
- Desarrollo Muscular: Caminar descalzo fortalece los músculos de los pies del niño, promoviendo un desarrollo saludable.
- Propiocepción: El contacto directo de los pies con la superficie mejora la conciencia espacial y corporal favoreciendo su equilibrio.
- Equilibrio y Coordinación: caminar descalzo contribuye al desarrollo de habilidades motoras finas y de la coordinación.
Fomentar que los niños caminen descalzos tiene beneficios significativos para el correcto desarrollo de sus pies. Cuando llegue el momento de introducir el calzado, se deberán elegir opciones adecuadas que garanticen una correcta transición.
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